OPINIONES

 

Su mirada analógica quedó marcada por los últimos soplos de vida de aquel ejército independiente de los guerreros del arte de otro tiempo. Consiguió eternizar el indescriptible rigor mortis de ese flamenco tan auténtico con el mismo respeto con que se acercó a los que entonces empezaban -y hoy son-, para fijar sobre papel satinado el sacrificio de los primeros peldaños de cualquier ascensión a la gloria. Décadas después, el pulso del pulgar derecho de este Divino Calvo de la fotografía, se mantiene firme.

 
  José Manuel López Gutiérrez
Musicólogo
   
   

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